El Servicio Meteorológico Nacional informó que La Plata y la provincia en general tendrán un clima atípico, mucho más cálido y con menos lluvias de lo habitual.
Las temperaturas que en octubre llegaron a los 30°C en La Plata y hasta los 33°C en otros puntos de la provincia de Buenos Aires, seguirán en aumento y en serán inusualmente más altas en el próximo trimestre. Los expertos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) esperan largas semanas con mucho calor y menos lluvias que los promedios históricos.
De acuerdo al informe trimestral publicado en las últimas horas por el organismo, en dos tercios del territorio nacional se esperan temperaturas superiores a lo normal para la época del año, pero en más de la mitad de la provincia de Buenos Aires, que incluye la costa atlántica, el calor será todavía mayor.
La anomalía prevista entre los registros históricos y los que se espera que haya durante los meses de noviembre, diciembre y enero incluye a la parte centro y este del territorio provincial, en la que se encuentran La Plata, Berisso y Ensenada, entre otros distritos de la región. En esta zona puntual las posibilidades de que las temperaturas se ubiquen por encima de lo normal trepan hasta el 55%. En cambio en el resto del país, donde también se espera que haya temperaturas más elevadas, la probabilidad de que así sea se ubica por debajo del 50% (se trata del oeste de Jujuy y Salta, todo Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan, San Luis, Mendoza, La Pampa, Córdoba, Entre Ríos, centro y sur de Santa Fe y sur de Santiago del Estero).
De la mano del intenso calor, que se espera que también llegue a ciudades turísticas como Mar del Plata, Villa Gesell, Tandil, 9 de Julio, Olavarría, Bolívar y todo el conurbano; estarán las pocas lluvias. Según el informe, gran parte de la provincia Buenos Aires, se perfila para ser la que tendrá el clima más seco, con hasta un 50% de probabilidad de que llueva menos de lo habitual.
Lo mismo que en esa zona bonaerense se espera en la Patagonia cordillerana. Mientras que el resto del país se reparte entre una menor anomalía pluvial -a la baja-, en el centro del territorio argentino; y normalidad en el norte.