El reciente resultado de las elecciones bonaerenses ha dejado en claro el profundo descontento de la ciudadanía con las políticas económicas del actual Gobierno. Con una derrota por más de 14 puntos en un bastión electoral clave, el oficialismo recibió un golpe contundente, pero que no lo hace cambiar de opinión. En lugar de reconsiderar el rumbo, el Gobierno de Milei decidió profundizar su plan de ajuste, una medida que desfavorece a la mayoría de los argentinos. Este escenario se ve agravado por la creciente crisis económica: empresas que cierran, despidos masivos y una escalada del dólar que no da tregua. Mientras tanto, las grandes empresas y los bancos, como si fueran agoreros, ya se están cubriendo ante la llegada de un colapso inminente.
El análisis de la situación económica y social actual es desalentador. La Argentina se encamina hacia un escenario de colapso socioeconómico que requerirá una intervención social masiva por parte del Estado. Ante esta dura realidad, la pregunta que resuena en las calles de Berisso es: ¿está preparada la ciudad para afrontar esta crisis?
El déficit alimentario en Berisso es más que evidente. Con el incremento de la pobreza y la falta de oportunidades laborales a nivel local, la demanda de alimentos por parte de las familias no para de crecer. A este crítico panorama se suman las constantes denuncias de los vecinos: la entrega de alimentos por parte del Municipio es insuficiente y escasa, y para colmo, se cuestiona la mala calidad de lo que se reparte.
En un contexto tan delicado, las prioridades del Municipio de Berisso, a cargo del intendente Fabián Cagliardi, parecen estar fuera de foco. Mientras la necesidad social se expande, la gestión municipal parece centrarse en obras de «maquillaje». La lucha por proyectos como la plazoleta de la «identidad» o las veredas céntricas parecen ser la principal preocupación del gobierno local.
Esta realidad abre un nuevo interrogante para los berissenses: ¿reforzará el área social el Municipio, comprando alimentos de calidad para acopiar y repartir a las familias más vulnerables? La respuesta a esta pregunta será crucial en las próximas semanas, cuando la crisis económica nacional golpee con más fuerza en los hogares de Berisso.