La paciencia de los vecinos de Berisso se agota ante la problemática de un peligroso socavón en el puente que cruza la Avenida Montevideo y la Avenida Juan D. Perón (ex 66). El hundimiento, que apareció por primera vez hace dos meses al borde de la vereda, no solo persiste, sino que se ha agravado, obligando a la clausura total de la pasarela peatonal y exponiendo a peatones a un riesgo vial inminente.
La situación se ha vuelto crítica. Con la pasarela fuera de servicio, los residentes, incluidos abuelos y menores que transitan a diario hacia sus escuelas, se ven forzados a descender a la propia avenida para continuar su camino. En un intento desesperado por garantizar su seguridad, se ha improvisado una precaria «vereda» con tanques de plástico y cinta de precaución sobre la calzada, un paliativo que subraya la gravedad y la falta de una respuesta definitiva.
La preocupación crece al recordar las intervenciones iniciales del municipio que, lejos de ser la solución, resultaron ser meros parches. En una primera instancia, se utilizó un palet de madera para cubrir el hueco, seguido de un relleno improvisado. Estos intentos, que en su momento parecieron la «solución definitiva», fueron arrastrados por las últimas lluvias. El agua no solo disolvió el precario material, sino que, por el contrario, agravó la situación del socavón, que ahora amenaza aún más la estabilidad del área peatonal.
»Es una vergüenza que después de dos meses sigamos así. Los chicos tienen que ir a la escuela esquivando autos. Las soluciones que pusieron no sirvieron de nada, la lluvia se llevó todo y el pozo es peor», comentó un vecino de la zona.
La comunidad exige a las autoridades una intervención seria y estructural que garantice la seguridad de quienes a diario deben utilizar esta vía vital. Dos meses después de la primera señal de alarma, el socavón se ha convertido en un símbolo de la fragilidad de la infraestructura y de la necesidad urgente de obras de fondo.