La Municipalidad de Ensenada lanzó una licitación para extender el Paseo Costero de Punta Lara pero los vecinos manifestaron su oposición al proyecto.
Vecinos y organizaciones ambientalistas se manifestaron en contra del proyecto de la Municipalidad de Ensenada que pretende alargar el Paseo Costero de Punta Lara por unos 2 kilómetros, para “brindar seguridad hídrica y proteger la costa de la erosión fluvial y las crecidas”.
Se trata de una iniciativa de la administración de Mario Secco que busca seguir aplicando varias placas de hormigón, de unos 3 metros de alto, a lo largo de la costa ensenadense. En las últimas horas se realizó el llamado a licitación para comprar 1.500 de esas tablestacas con fondos municipales, pero inmediatamente varias personas salieron a sentar postura.
En esa línea, el ambientalista Marcelo Martínez dijo a El Día que lo que se pretende es continuar “con un murallón insustentable y no inclusivo”. En ese sentido, le apuntó a la “degradación” que un proyecto de este tipo provoca sobre las costas y que, insistió, ya impacta con la pérdida de los humedales costeros y con una reducción del espacio playero que superaría los 200 mil metros cuadrados.
En la actualidad, la muralla de contención tiene unos 1.000 metros de extensión entre calle 50 y la rotonda de Punta Lara. Este Parque costero inaugurado en 2023 tiene una vereda de 8 metros de ancho y ha provocado la resistencia de distintos grupos que volvieron a levantar la guardia con la nueva licitación. La intención es extender las tablas de hormigón premoldeado hasta la altura del camping Grupo de Aficionados al Surf a Vela (GASAV), sobre la Avenida costanera Almirante Brown.
Las organizaciones reclaman estudios y autorizaciones de organismos competentes ya que advierten que lo que se proyecta es un “cambio ilegal” en la línea de la ribera. La obra generó “una barrera arquitectónica de la que son víctimas las personas que padecen leves o grandes dificultades de movilidad o discapacidades, por ser limitadas al contacto directo con el río o la playa, a raíz de que las escaleras del mencionado Paseo Costero no son aptas para los vecinos por sus estrechas dimensiones, a la par que tampoco existen rampas para dificultades motrices”, reclamaron.
Martínez, extitular de la organización Nuevo Ambiente, lamentó la pérdida de cientos de metros de playa “que antes eran disfrutadas por los vecinos, a lo que se debe sumar la preocupación de algunos deportistas náuticos por el efecto que provocan las olas y corrientes al rebotar en la muralla, formando un efecto de remolino, lo que no solo vuelve peligrosa la práctica de deportes a escasos 40 metros de distancia, sino que también implica riesgos para los bañistas que desconocen la zona”. Un fenómeno que, aseveraron, “sin lugar a dudas, no es tenido en cuenta por las autoridades”.
El dirigente dijo que la Municipalidad de Ensenada podría haber realizado la obra “de forma sustentable, respetando el paisaje, la accesibilidad y el humedal” y “sin necesidad de utilizar hormigón, atentando contra nuestra identidad ribereña”.